Encarna Anillo: “No soy la típica flamenca”

Comenzó bailando de niña pero a los 11 años, siguiendo a su hermano José, Encarna Anillo se adentró en el mundo del cante compartiendo escenario con grandes exponentes del flamenco como Farruquito, Belén Maya, Juan Villar y Paquera de Jerez, entre muchos otros. Y aunque se define completamente flamenca, la joven cantaora no se cuestiona explorar otros ritmos, como los latinoamericanos y fundir estilos. Tampoco le tiembla la voz para defender su cultura y su arte, ni para referirse al crítico momento económico que atraviesa España, las disqueras y el apoyo estatal para el flamenco. Llevaneras.cl aprovechó su gira por Chile para conversar con la artista.

¿Cómo se dio tu ingreso al flamenco?

En casa siempre se escuchó flamenco. Mi padre es un aficionado al flamenco y mi madre al teatro, por lo que no fue extraño que yo y mi hermano nos involucráramos en este arte. Yo con cinco años empecé a bailar y le pedía a mi hermano José Anillo que me cantara. El era muy tímido y no le gustaba mucho, pero yo lo amenazaba con que si no me acompañaba no lo hacía.

Como a los 11 años, imitando un poco a mi hermano, comencé a cantar y a bailar. Fue así como empecé a compartir cartel con grandes artistas, como los Farruco, Antonio Canales, Belén Maya, Rafaela Carrasco, Israel Galván, Paquera de Jerez, Remedios Amaya, Juan Villar y Rancapino. A los 13 años ya era cantaora de alante (solista).

Una precoz carrera…

Sí, así es. Sin darme ni cuenta me fui dedicando a ser artista. A los 15 años tuve la oportunidad de participar en la Bienal de Sevilla en dos espectáculos, uno junto a Israel Galván y otro junto a Rafael de Carmen. Esa ocasión fue un gran escaparate que permitió proyectar mi carrera. A partir de ahí comencé a hacer giras en Alemania, Francia y Japón y con 22 años, en 2008, grabé mi primer disco “Barcas de Plata”.

¿Siempre te proyectaste como cantaora de ‘alante’?

Sí, siempre fue mi aspiración. Hay cantaores que lo único que desean es ser cantaores de baile porque les acomoda y les va bien, otros se quedan ahí por falta de suerte, pero yo siempre quise ser solista y montar mi propio espectáculo.

¿Te defines dentro de un estilo?

Mi estilo es hacerlo de corazón. Me considero una persona flamenca porque ser flamenco es un sentimiento, pero no sé si tengo estilo personal. Lo que si sé es que no soy la típica flamenca porque me gusta aprender de todo, por eso he venido a Chile acompañando a Andrés (Andrés ‘Pituquete’ Hernández), porque si bien siempre cantaré por alegría o soleá, porque lo necesito, estoy abierta a aprender otras músicas y experimentar con ellas.

¿Qué tal tu paso por Chile?

Ha sido increíble. Comenzando por el curso de cante en La Fragua y continuando con el intercambio de experiencias con artistas chilenos. En este viaje me di cuenta del gran respeto que ustedes tienen por el flamenco y me impresionaron las ganas y el arte que tienen para hacerlo. Además, no sólo tuve la oportunidad de entregar mis conocimientos sino de aprender de los chilenos.

Además de los cursillos, ¿qué espectáculos estás presentando en Chile?

Junto a Andrés programamos una serie de participaciones. Las más relevantes son “Palo Dulce”, un montaje que une a dos países distintos, Chile y España, pero que también se parecen mucho. Cuenta con la participación de Andrés, la bailaora Carmen González, Lieber Baltra, Francisco Delgado y Julián Herreros y hace un recorrido por distintos palos flamencos e interpretaciones de Víctor Jara y Violeta Parra.

Por otra parte, estamos en “Ida y Vuelta”, un espectáculo que cuenta con las actuaciones de Paz Beca, Carmen y Francisco, junto a Julián, Juan Pablo Cofré y Marcelo Montero.

“No sé si tengo estilo personal. Lo que si sé es que no soy la típica flamenca porque me gusta aprender de todo”

¿En España que proyectos tienes?

Últimamente participé en “De mi tierra… Cádiz”, un montaje en el que comparto escenario con la cantaora Mariana Cornejo. Ella tiene aproximadamente 67 años y he sido amadrinada por ella para llevar a Cádiz por el mundo entero. Además, participé en “Momentos”, un espectáculo de tres bailaores, un guitarrista alemán, un violinista ruso y mi hermano José. De regreso en España tengo el interés de poder presentar “Palo Dulce”.

¿Hay un palo que te acomoda más cantar?

Palo favorito no tengo porque cada uno me da un sentimiento distinto. Pero cuando canto por alegría estoy como en mi casa, porque se vienen a mi mente los paseos por mi tierra. Hay otros palos que me gusta indagar, como los cantes de serrana o petenera, que se han olvidado quizás por la fama que tienen, ya que se dice que traen mala suerte. Pero a mi me gustan mucho y al cantarlos me he dado cuenta de que son muy difíciles de interpretar porque requieren de mucha técnica. Es un cante muy grande y tengo ganas de grabar algo, al igual que el cante de mariana. Recientemente Londro rescató en su disco el cante de mariana, lo cual se agradece mucho.

¿Hay algún nuevo disco en mente?

¡Muchos!, pero hoy en día sacar un disco es un tema complicado.

“Carmen Linares me gusta mucho porque lleva el flamenco con mucha clase, es muy valiente, lo ama y respeta. Lo que ella hace es el espejo en el que me miro”

¿Por qué?

Para proyectarse todo artista necesita un disco, pero a mi parecer la industria discográfica se aprovecha de esa necesidad. En España las disqueras se han aprovechado mucho y a los artistas no les queda otra que hacerlo por su cuenta. Además, y no sólo en el flamenco, no sé qué sucede con la gente que no hace caso a la música buena. Hay muchos artistas españoles a los que no les compran sus discos y eso es muy lamentable.

¿Qué opinas de cantaores como Diego El Cigala que se han internacionalizado fusionando el flamenco con otros estilos musicales?

Cigala es una persona muy inteligente, un artista muy bueno al que le saco el sombrero por todo lo que ha hecho, especialmente porque hace música de buena calidad y no está al lado de cualquiera. Como dije anteriormente, no me complica mezclar estilos o explorar otros ritmos, siempre y cuando se haga con calidad.

¿A qué cantaores admiras?

A muchísimos: Antonio Chacón, Pepe Pinto, La Niña de los Peines, La Perla de Cádiz, Juan Villar, Chano Lobato, Agujeta, La Cañeta de Málaga, Enrique Morente y Carmen Linares. Esta última me gusta mucho porque lleva el flamenco con mucha clase, es muy valiente, lo ama y respeta. Lo que ella hace es el espejo en el que me miro.

¿La crisis económica de España ha afectado el flamenco?

A todos. Pero, al menos en mi caso, con o sin crisis me siento afectada. Hoy hay dinero público, pero tan público no es, porque se entrega a unos cinco artistas nada más. Por otro lado, los festivales y las peñas que antes duraban días se están cayendo o acortando, duran sólo un par de horas y contratan sólo a un artista principal.

Yo tengo la esperanza de que todo se solucione. Gracias a Dios en el flamenco me reconocen y estar en Chile me ha servido para cargar nuevamente las pilas. Antes del viaje estaba cabizbaja, pero aquí me di cuenta de que tengo que seguir y que tengo mucho que contar.

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