Pedro Fernández: “Mi intención siempre ha sido buscar un sello personal, no he pretendido copiar a nadie”

Desde muy pequeño Pedro Fernández se sintió atraído por el baile español. Su tía bailaba con Los Gitanillos y muy a temprana edad lo llevó a ver una presentación del Estadio Español de Santiago. Desde aquel momento le pidió a su madre que lo inscribiera en una academia de baile…y así lo hizo. A los cuatro años ingresó a la academia de Manuel Gitano y desde ahí no paró más.

Actualmente en España, Fernández combina su pasión por el baile español y el flamenco y acumula experiencia, con participaciones individuales y su compañía Embrujo, en escenarios como el Teatro Real de Madrid en “Las Bodas de Fígaro” de Mozart (2009), en el Teatro Lara en el espectáculo “Del rumor” de Miguel Cañas (2009) o en el “Meet in Beijing Arts Festival” en China (2010). Llevaneras.cl conversó con al artista a un mes de que regrese a Chile para presentar “Viva España”, un espectáculo que reúne couple, coplas, canciones españolas, danzas españolas y una selección de romanzas y dúos de las más conocidas zarzuelas.

¿Qué recuerdas de tus primeros pasos en el baile español?

En la Escuela de Manuel Gitano aprendí clásico español y escuela bolera. Con la mujer de Manuel, Silvia Pacheco, aprendí técnica académica. Ella estuvo con los Pericet, por lo que ése es el estilo que yo manejo en escuela bolera. Con ellos estudié doce años.

Aproximadamente a los 16 años comenzó mi interés por el flamenco. En mi búsqueda, estuve con Paula Jacob y Lorena Peñailillo. Luego conocí a José Luis Sobarzo, mi primer maestro de flamenco quién me entregó la base de flamenco y me incentivó a estudiar académico en la Escuela del Teatro Municipal. Mi formación siempre incluyó la técnica académica, además de las distintas incursiones en otros estilos de danza como técnica moderna y jazz dance.

Sin embargo, mi formación en flamenco se tornó mucho más madura cuando comencé a estudiar en España. Cristóbal Reyes ha sido mi maestro principal en estas tierras. El trabajó muy fuertemente conmigo en el estilo, porque la técnica es fácil de aprender, pero “verse flamenco” y no “latino bailando flamenco” es difícil.

En España he estudiado con muchos otros maestros y grandes exponentes, como Merche Esmeralda, Miguel Cañas y Manuel Reyes.
Mi premisa es siempre continuar estudiando. De hecho, siempre me he mantenido actualizado en clásico español y bolera. Los últimos cursos que tomé fueron con Antonio Najarro, Aída Gómez y Gema Gómez.

¿De qué forma podías perfeccionarte en esa época?

Había muy poco acceso a información. La fuente principal era el maestro. De hecho, ellos tenían la música y eran muy reservados con ella, no se la prestaban a los alumnos. Es por esto que mi idea actual es hacer más fácil el aprendizaje y que los alumnos no vivan lo difícil que nos tocó a nosotros. Por esto yo los apoyo siempre entregándoles música, prestándoles vestuario, material fotográfico y material coreográfico. Espectáculos venían muy pocos y además eran caros. El público en general conocía muy poco de flamenco. Creo que hemos avanzado un poco en este terreno, pero todavía nos queda mucho camino por educar a nuestro público chileno a ver danza… estamos en pañales en este sentido.

¿En qué momento decidiste dedicarte definitivamente al flamenco?

Desde niño quise ser artista. La verdad es que siempre supe que me dedicaría a la danza. Digo a la danza, porque soy bailarín, no me encasillo sólo como bailaor de flamenco.

Ahora bien, provengo de una familia muy tradicional por lo que nunca me cuestioné no estudiar en la universidad. La verdad es que desde el colegio estaba acostumbrado a conjugar estudios y baile. De hecho salí con promedio 6.9 de los cuatro años de enseñanza media, por esto obtuve una beca Presidente de la República para estudiar en la universidad. Nunca fue problema para mí bailar. En el colegio y universidad me conocían por mi faceta de artista y los profesores me apoyaron e incentivaron bastante.

Muy joven decidiste abrir tu propia academia, ¿qué razones te llevaron a crearla?

Lo pensé netamente por un aspecto práctico. Hacía clases en muchos lugares y perdía mucho tiempo en trasladarme. Por lo tanto, para poder seguir trabajando, bailando y estudiando, lo más fácil era instalar una academia.
El poner mi academia costó lo que puede costar instalar cualquier negocio. Siempre hay una primera etapa de aprendizaje en la que se invierte más de lo que se gana. Pero siempre lo tomé como un proceso natural. Sabía que la clave del éxito, como en todo orden de cosas, es el trabajo y dedicación.

Desde muy pequeño comencé guiando alumnos como repetidor en las clases. Llevo muchos años como profesor, lo que me ha permitido desarrollar mi propia metodología de enseñanza del flamenco, cuyo objetivo fundamental es hacer fácil lo complejo. Los alumnos reciben los movimientos digeridos, de tal forma que los iniciados no tardan mucho tiempo en bailar los primeros pasos.

Creo que lo más complejo en todos estos años ha sido enseñar el estilo. Como dije anteriormente, la técnica es fácilmente aprendible… lo complejo es incorporar el estilo, sobre todo en personas adultas.

Mi motor actual como academia es formar cada día a más amantes y aficionados del flamenco. Para mí es crucial que la gente que toma clases en mi academia, ya sea como hobby o para dedicarse profesionalmente, lo haga con un alto nivel de compromiso y dé lo mejor de sí. No me gustan las cosas a medias y es por esto que exijo el máximo. Creo que un escenario merece todo el respeto del mundo y no valen las excusas de que “yo hago esto por hobby” o “no soy profesional”. Esta forma de pensar ha motivado a mucha gente a dedicarse en forma profesional y a hacer del flamenco una forma de vida. Eso me llena de orgullo, así como ver que alumnos formados en Embrujo están bailando hoy en España y grupos de alumnos que se han formado bajo nuestra enseñanza, hoy se independizan buscando un nuevo concepto.

También muy joven te atreviste a formar tu compañía…

La formé en 2002 y mi principal motor fue desarrollarme más como artista, ya que por bastante tiempo tuve que dedicar muchas horas a ser profesor. Mi ambición siempre ha sido mostrar mi trabajo tanto en Chile como en el extranjero y abrir nuevos espacios para la danza.

Creo que haciendo una evaluación general, el camino recorrido ha sido muy positivo. He ido logrando mis más importantes objetivos y he podido mantener mi compañía en forma estable por ocho años.

Viendo hacia atrás, hemos crecido como artistas y hemos logrado ser reconocidos a nivel nacional y abrirnos paso en el extranjero, quizás lo más difícil ha sido manejar las relaciones interpersonales. Somos artistas y por ende, seres muy emocionales. Cuesta mucho trabajo manejar este ámbito, sobretodo en situaciones de estrés y alta exigencia de trabajo como fue lo que vivimos en una gira a China este año.

¿Cómo ha sido tu proceso de aprendizaje y búsqueda en el flamenco?

Como ya comenté, mi proceso de aprendizaje siempre incluyó la técnica académica y danza. Nunca me ha gustado verme limitado, quise ampliar mi contexto.

Mi intención siempre ha sido buscar un sello personal. No he pretendido copiar a nadie. Me defino como un flamenco actual y con una línea absolutamente personal.

¿Cuáles son tus principales referentes en el flamenco y de que forma te han servido para crecer como artista?

Mis referentes son Antonio Canales, Antonio Gades y Cristóbal Reyes, por nombrar a algunos, ya que siempre encuentro en los artistas algo que me gusta. En el ámbito coreográfico, Rafael Aguilar y Nacho Duato.

Has viajado numerosas veces a España… ¿te ha sido difícil entrar en la escena local?

Al comienzo viajaba sólo para aprender y actualizarme, hasta que decidí intentar mostrar mi trabajo en España. Como lo mío era una propuesta totalmente distinta a lo que se realiza, tuve una buena acogida.

Por otra parte, creo que lo más valioso de llevar mi compañía a España y de bailar en estas tierras ha sido validar mi trabajo. Esta experiencia y el haber tenido excelentes críticas me han dado muchas fuerzas para seguir adelante y tener la confianza de que estoy bien encaminado y que no ha sido en vano el luchar contra los clásicos prejuicios de “ser latino” o “ser clásico”, etc.

¿Cómo definirías la etapa artística en la que te encuentras?

Actualmente estoy en España y mi experiencia ha sido realmente buena. He tenido el honor de bailar en el Teatro Real con las coreografías de escuela bolera de Nuria Castejón. Además, fui invitado a participar como solista en el espectáculo “Del Rumor” de Miguel Cañas y en marzo y abril de este año, llevé a mi compañía desde Chile para presentar nuestro espectáculo “Flamenco Arrabalero” en el ciclo Distrito Artes Danza, organizado por el Ayuntamiento de Madrid.

Mi desafío actual es continuar mostrando mi trabajo en el extranjero. Es por esto que en mayo tuvimos una gira por China. La idea es conseguir nuevas plazas y llegar a distintos públicos. Pero uno de mis más grandes desafíos siempre ha sido poder lograr que los artistas que trabajan conmigo puedan vivir de esto y que no tengan que estar trabajando en otras cosas para sobrevivir….este es un sueño que siempre he tenido y creo que algún día voy a poder lograr.

La etapa artística en la que estoy es en la búsqueda de nuevos conceptos. Creo que esto se demuestra en mi forma de bailar que nunca termina de evolucionar. Un artista nunca deja de buscar.

Actualmente, mi búsqueda ha ido por la línea teatral. Es por esto que el año pasado tomé un curso de técnica LeCoq.

¿Sientes que tu estilo o forma de ver el flamenco es distinto a lo que otros flamencos chilenos hacen?

Como dije anteriormente, siempre he buscado un sello personal… ese ha sido mi motor. No por el hecho de diferenciarme simplemente, si no en mi afán de búsqueda y de mostrar cómo yo veo este arte.

¿Y cómo ves el nivel del flamenco chileno en la actualidad?

El nivel del flamenco en Chile es profesional y de alto nivel de compromiso.

Respecto a lo bueno de nuestro flamenco es que somos muy aficionados y eso es muy positivo porque nos mantiene actualizándonos permanentemente.
Respecto a lo que falta, creo que siempre hay carencias…no somos perfectos y cada uno sabe lo que debe mejorar. Creo que no me corresponde a mí decirlo.

¿Qué planes tienes al regreso de España?

La verdad es que tengo las ideas súper claras de qué es lo que quiero hacer a futuro, pero hasta que no se concreten, no voy a contarlas porque soy muy supersticioso.

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