Manuel “El Gitano”

Un cartel anunciando sus clases cuelga en estos días en la puerta de la emblemática casona colonial ubicada en Santa Rosa con Tarapacá. Cuando pasé estaba cerrado, pero algunos me han contado que sigue dedicado a la enseñanza, otros me han dicho que lo han visto junto a su compañera de siempre, Sylvia Pacheco, a quien conoció en el Ballet Sulima en el Teatro Municipal.

Pensar en los orígenes del baile flamenco en Chile ineludiblemente llevan a Manuel Quezada, más conocido como Manuel “El Gitano”, maestro de muchos en danza española que, con su larga trayectoria, propició junto a otros, la escena actual.

En 2003, en una entrevista a Marietta Santi, revela que todo comenzó de niño, cuando para una fiesta de primavera se vistió de gitano y junto a un amigo que tocaba guitarra partieron a “revolverla” al Paseo Ahumada. Fue allí cuando una amiga lo convenció de que tenía que dedicarse a bailar.

En 1957 ya había conformado el Ballet Andalucía y al año siguiente, un ala del Teatro Cariola se convirtió en la sala de estudio que formó a decenas de personas durante años.

En los 60 había mucho trabajo recuerda “El Gitano”. Realizaban giras por todo el país, montaban coreografías con orquestas y guitarristas, además de bailes tradicionales, los cuales adquirían a compañías extranjeras. “El último que contratamos fue el 67, a Enrique El Cojo. Ese fue nuestro maestro durante quince días. Cobró más o menos 150 mil la hora, pero quedamos con el flamenco así. Vino también Antonio Ruiz Soler, ‘El Chavalillo’, fui invitado a las 23 funciones que hizo. Quince en el Teatro Municipal lleno y ocho en el Caupolicán, también lleno”, rememoraba.

Luego vendría el golpe de estado acabando con la bullente actividad de la época. “La intervención militar fue muy necesaria en el sentido de mi persona como ciudadano. Pero se acabó la vida nocturna. Yo estaba desesperado y me ponía a leer revistas de cowboy, imagínate, acostumbrado a acostarme a las 5 o las 6 de la mañana, pasábamos casi en vela la noche. Fueron 17 años en que cambió todo y se acabó. Toda esa idea del gran espectáculo, esos estudios que tenían los bailarines o los cantantes se terminó. Ahora sólo se hacen eventos chicos”.

Pero a pesar de todo, de lo dulce y agraz que implica dedicar una vida al arte, Manuel Quezada es un agradecido de la danza: “lo mejor de todo es que soy un profesional independiente, a mi no me manda nadie. Pago mis impuestos y si no puedo, me largo de aquí. Si estoy en la mitad de una quebrada, voy a seguir siendo Manuel El Gitano”.

Citas tomadas de entrevista escrita por Marietta Santi. Publicada en Revista Impulsos (Septiembre-Octubre 2003).

Las fotografías de Manuel “El Gitano” pertenecen a www.balletandaluciachile.com

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